El 2 de
mayo dos buses con personas de nacionalidad venezolana que se dirigen hacia Perú,
quedaron estancados en Palmira debido al Paro Nacional que se desarrolla en
Colombia, donde manifestantes mantienen el cierre de las vías del país hasta
que no se cumplan sus demandas.
En los
buses, provenientes de Arauca y Cúcuta, viajan niños, niñas, mujeres, hombres,
y familias enteras, que después de quedar a la deriva y a orilla de las carreteras
del país, lograron obtener ayuda de la Pastoral Social de la Diócesis de Palmira
y la Secretaría de Integración Social de la alcaldía de este municipio.
Fue
así como a estas personas se les gestionó el Coliseo de Ferias de la ciudad como
sitio de alojamiento, y actualmente se les brinda alimentación, implementos de
aseo, atención básica en salud y atención psicosocial. Esta asistencia también es posible gracias al GIFMM (Grupo de Interagencial de Flujos Migratorios Mixtos), Save The Children quien aportó kits de aseo, y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) que garantizó la seguridad alimentaria.
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“Es
sabido que acá en el territorio hemos sido un referente en la atención a la
migración, y es así como a nuestra Pastoral Social se le hizo el llamado para
estos dos buses que quedaron en medio de esta situación que vive el país. A su
vez nosotros hicimos el llamado a la Secretaría de Integración Social del municipio,
y al GIFMM, recibiendo de
primera mano ayuda del PMA para
atender en estos días iniciales todo el tema de la seguridad alimentaria, y Save the Children”, cuenta el Padre Arturo Arrieta, director de la Pastoral Social de Palmira.
Los
agradecimientos de la población venezolana no se han hecho esperar. Sus testimonios son emotivos y fraternales.
“Veníamos
ocho días rodando. Nos quedamos sin dinero. Y es primera vez que yo vivo esta experiencia,
y me parece muy fabuloso todo este apoyo de parte de los colombianos. Ya es
mucho lo que han hecho por nosotros. Estamos comiendo gracias a ustedes los
hermanos colombianos, gracias a la Pastoral Social, la comunidad internacional, y la Alcaldía”,
afirma Wilfredo Villegas, uno de los viajantes venezolanos.
Andy Fernández,
otra de las viajeras, y madre de tres hijos que viaja hacia Perú a encontrarse
con su compañero, también nos cuenta sobre la ayuda recibida:
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“A
pesar de que me tocó pasar por este país, donde ustedes están en una situación
nada fácil, nos prestaron un apoyo incondicional y eso es algo que
verdaderamente agradecería toda la vida, porque no es fácil emigrar llegar a
otro sitio donde no conoces a nadie, y que un grupo de personas sin esperar
nada a cambio te presten un apoyo, es algo increíble”.
Hasta
el momento no hay certeza de hasta cuando esta población deba permanecer en Palmira.
Por ahora las ayudas han sido suficientes para resolver la situación. Sin embargo,
la prolongación su permanencia conlleva de buscar la solidaridad y ayuda de
quienes puedan sumarse.
“Oramos
y pedimos a Dios para que no se alargue esta situación. Además, hay otra
problemática y es que escasean los alimentos. Y podemos pues suministrar a ellos
lo que podemos encontrar en este momento. Tenemos por lo menos comida por esta
semana, y otras cosas como bebidas y frutas. Y las personas que nos quieran
apoyar sería muy importante”, indica el Padre Arturo.
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